No makeup, la naturalidad es también una elección.

Que los selfies son la tendencia de 2014 es un hecho objetivo que se puede incluso analizar desde muchos puntos de vistas, siendo el sociológico sin duda el más interesante de todos, (los análisis psicológicos, que ya he podido ver alguno por la red no tienen tampoco desperdicio). Se podría incluso hacer una amplia tipología de todos ellos: los de las vacaciones, con los amigos, los selfies de mascotas, los no-makeup, los zapatos, el nail-art, los aftersex (este tiene telita), los mask selfie...) y así hasta hartarnos, y tienen tantos partidarios como detractores (yo me encuentro entre las primeras, ¡me encantan!). ¿Qué se quiere mostrar con un selfie? En mi humilde opinión, y aunque la cosa a degenerado mucho, son la fotografía de la inmediatez, la espontaneidad y la naturalidad (¿Os acordáis del Selfie de Los Oscars?).

Quería terminar la semana reflexionando un poco, y como siempre no sé a que conclusión llegaré (llegaremos, vuestros comentarios me interesan mucho en este tipo de entradas), pero bueno, divaguemos. Hace unas semanas que tengo en la cabeza este tema, y cuantas más vueltas le doy menos me aclaro con ello. Allá por el mes de marzo se hizo una especie de campaña para recaudar dinero para la investigación de cáncer de mama, que consistía en hacerse un selfie sin maquillaje. Por supuesto muchas famosas se sumaron a esta iniciativa y sacaron sus fotos en las redes sociales, pero sin perder su halo de 'fabulosidad', estupendas como estamos acostumbradas a verlas.


Como muy bien apuntaba Smoda, ellas han sido capaces de dar la vuelta a la tortilla, ya que hasta hace poco el titulo 'Famosas sin maquillaje' suponía un festival de pieles apagadas, ojeras, granos, peinados desafortunados... que nos recordaban que las estrellas de Hollywood eran tanto o más terrícolas que cualquiera de nosotras, y sin embargo ahora pueden demostrar que incluso sin maquillaje están estupendas. ¡Qué reivindicativo todo!

Pero volvemos a tener polémica al respecto, ya que esta misma revista apuntaba que esta tendencia puede convertirse también en un símbolo de status social, ya que el hecho de que una mujer de cuarenta y tantos (vease Jennifer López, que se sumó a la iniciativa) que puede mostrarse al mundo fabulosa incluso sin dos toneladas de base de maquillaje se debe a que tiene medios económicos para dejarse los cuartos en tratamientos de belleza. Pues puede ser.

No obstante, creo que el hecho de que una persona pueda o no mostrarse al mundo tal y como es no es solo una cuestión de status, de poder permitírselo... Es ante todo una cuestión de percepción de una misma, de lo que queramos que los demás vean de nosotras, de lo que queramos comunicar... Señalar por supuesto que todo me parece absolutamente respetable: que no queramos que nos vean sin maquillar, que no nos importe, que se tengan asumidas las manchas en la piel, que de ninguna manera queramos mostrar granos o pecas... Tanto el hecho de mostrarlo, como de ocultarlo forma parte de nosotros mismos y de lo que queremos transmitir. La negación del uso de la cosmética o que no nos importe nuestra imagen exterior es en sí misma una participación de esta, un posicionamiento.

Sin duda la naturalidad está de moda y puede que a más de una esto le traiga de cabeza, pero debe ser una elección. Desde luego que la genética y la cantidad de pasta que nos queramos o nos podamos gastar en el tratamiento de nuestra piel va a influir en el resultado final, pero sinceramente pienso que sabiendo lo que queremos de nosotras mismas, con la información adecuada en lo que a alimentación y tratamiento cutáneo se refiera, y siendo un poco constantes podemos llegar a dar con la nuestra propia imagen (siendo realistas y aceptándonos claro está), con lo que nos podemos sentir bien, a gusto con nosotras mismas, lo que probablemente nos aportará una inyección positiva en nuestra psicología que siempre tendrá una buena repercusión en nuestro exterior. Porque queridas, la belleza es salud. Evidentemente existe la salvedad de problemas severos de acné (os recomiendo el post en el que Marta Rojas nos cuenta su experiencia al respecto) u otras enfermedades cutáneas, para lo que sería necesario hablar con un dermatólogo en el asesoramiento del tratamiento que mejor funcione.

La naturalidad es también una elección, sin duda, como lo es ir maquillada, nunca debe ser una cuestión de status. En los últimos años la moda se ha democratizado completamente, ya no es necesario dejarse un dineral para vestir bien, y en cuestión de tratamientos cosméticos muchas veces la constancia, los buenos hábitos, la alimentación adecuada, el ejercicio... pueden ser unos muy buenos aliados. Sin duda los hijos, o los ritmos de vida acelerados que muchas llevan pueden influir en nuestra piel, en nuestra imagen, y en nuestra percepción de nosotras mismas (quizá aquí si entre el tema del status...), pero creo que el ejercicio por conocernos a nosotras mismas y el dedicarnos un poco de tiempo, sea por influir en nuestra imagen o simplemente porque nos gusta, puede resultarnos muy beneficioso, siempre y cuando claro está, sea eso lo que queremos, sea nuestra elección y no una imposición. Y por supuesto no caer en frivolidades.

Al final no sé lo que os he transmitido, ni siquiera sé lo que os quería transmitir. Sin duda las mujeres sentimos una gran presión externa que nos empuja a cuidar nuestra imagen, y sin duda vernos bien nos ayuda a sentirnos bien, por eso creo que todo el tiempo que nos dediquemos a nosotras mismas, sea por lo que sea, es un tiempo bien empleado. En cuanto a la tendencia no-makeup, yo me apunto a ella, no porque tenga un status mejor, estoy lejos de ello, supongo que simplemente espero que dentro de 15 años, cuando tenga 40 y mi piel no esté tan estupenda como ahora, al menos pueda tener la seguridad de mostrarla como es, o de aceptarla como es si es esa la imagen de mi misma que quiero tener. Os dejo una foto mía de esta misma mañana, sin cara lavada siquiera, que pretendía que ilustrara un poco lo que os quería contar (sea lo que sea lo que os quiero contar, supongo que las musas no me han visitados esta mañana).