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El Photoshop y el gran poder de la imagen.

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Hace ya unos días el Photoshop ha vuelto ser objeto de polémica, debido al exceso de su uso en algunas imágenes, especialmente aquellas que están relacionadas con el mundo de la moda y la belleza. Y es que parece que la proliferación de mujeres perfectas y retocadas hasta el último detalle puede llegar a formar en el imaginario colectivo, especialmente entre el mundo femenino, la idea de una belleza cuya lucha por alcanzar puede resultar no solo imposible, sino también muy frustrante, y llegar a acarrear incluso trastornos y complejos que pueden complicarnos la vida.

Yo no me posiciono en la prohibición del Photoshop, no dejaría de ser tirar piedras contra mi propio tejado, ni siquiera soy partidaria de regular su uso, aunque no me opondría a que se especifique que fotografías han sido retocadas que son todas (¿qué es retoque? ¿Subir el contraste? ¿Reencuadrar? ¿Quitar un grano? ¿Quitar un michelín? ¿Modificar el ángulo de un brazo?).



La creación de imágenes ideales sobre todo de la mujer convive con el hombre desde sus mismos albores: ahí tenemos la Venus de Willendorf con esas caderas y esos pechos exuberantes símbolo de la fecundidad; o esa esposa del matrimonio Arnolfini con el vientre hinchado sin estar embaraza como símbolo, de nuevo, de la esperanza de la fecundidad en el matrimonio; o las interminables representaciones de la Virgen María como modelo a seguir de buena madre y encarnación de la virginidad y la virtud (¿en qué quedamos? ¿nos quieren vírgenes o madres? Porque me parece que son excluyentes...).


Estamos de acuerdo en que la posición y la representación de la mujer a lo largo de la historia es limitada y deja mucho que desear, pero nos echamos las manos a la cabeza cuando vemos mujeres 'perfectas' en las revistas cuando en realidad no existen, cuando esto ha pasado toda la vida. Por supuesto que la tradición está para ser cuestionada y romperla en caso de ser necesario, pero dudo que el hecho de prohibir el uso del Photoshop vaya a solucionar nada en lo que a la percepción de la mujer que se tiene en la sociedad. En primer lugar porque no es la única herramienta que existe para la manipulación de imágenes (¡imágenes! nada que ver con la realidad). La luz y el maquillaje hacen milagros, y esconder un montón de pinzas de la ropa detrás de las modelos (he llegado a ver como se pegan vestidos a la espalda de las modelos con cinta americana para que el vestido quede como un guante). Ya allá por los años 20 Lenin tuvo mucho cuidado de eliminar de las fotografías a su rival Trotsky, por citar un ejemplo. ¡El mismísmo Rafael en pleno Renacimiento aseguraba que necesitaba de varias modelos para la creación de sus figuras femeninas, para tomar de una piernas, de otra rostro, de otra manos... hasta la consecución de la belleza!


Y a pesar de años y años de idealización de la imagen hay quien piensa que la respuesta está en la prohibición del uso del Photoshop. Admito una cosa, y es que es cierto que ahora la idealización de la imagen se da sobre todo en publicidad, y al fin y al cabo la finalidad de la publicidad es vender, pero ¿de verdad no somos capaces de ser críticos a la hora de ver publicidad? Quizá las personas más jóvenes no...

Aún así sigo sin pensar que regular el uso de Photoshop sea para nada la solución, pero sí me atrevo a proponer un par de alternativas. Por una lado mejorar socialmente en eso que hace unos días muy bien apuntaba en uno de sus comentarios Alba de Cuidémonos, y es en la cultura de la imagen. Vivimos rodeados de imágenes: publicidad, televisión, redes sociales... tanto que no somos conscientes del bombardeo al que estamos expuestos, dentro del cual el emisor de la imagen se ve obligado a destacar para llamar nuestra atención, y por supuesto, dicho emisor se va a valer de todos los recursos posibles para seducirnos. Todo está medido al detalle. Por supuesto que todo tiene que estar dentro de unos códigos éticos, aunque estos sean difíciles de delimitar por ser un tanto subjetivos. Pero al final el problema es el de siempre, la educación; y ahora es cuando voy a barrer para casa. Todo esto ocurre dentro de esta sociedad: esa que piensa que las letras y el arte son materias de segunda (gracias a la Ilustración), en la que constantemente se pone en duda su utilidad; esa en la que la profesión del fotógrafo está de capa caída porque cualquiera tiene acceso a un buen equipo, o unos cuantos filtros de Instagram que dejan una foto normalita bastante resultona (pero, en palabras de Alberto García Alix, "todos tenemos un boli y no somos escritores"¿verdad?); y es esa mmimsa sociedad que sin embargo  no es capaz de diferenciar realidad de imagen ideal, y que ante un rostro perfecto e irreal reacciona poniendo el grito en el cielo contra el Photoshop. No deja de ser paradójico...


La otra solución seguro que os gusta más, y es la de dar visibilidad a todo tipo personas: altas, bajas, morenas, rubias, gordas, delgadas, mancas, bizcas... Cambiar el tipo de imagen ideal hacia una imagen saludable pero en la que tengan cabida metas alcanzables por todos. ¿Estamos dispuestxs a dejar paso a este tipo de imágenes sin caer en la crítica de la propia imagen? ¿Sin caer en el 'mira lo gorda que está esta' o en 'lo bajita que es aquella'? ¿Estamos dispuestos a demandar este tipo de imágenes sin que los productos que nos venden pierdan visibilidad?

Espero ansiosa vuestras opiniones.

GRACIAS POR LEER, COMENTAR Y COMPARTIR. 
UN ABRAZO Y FELIZ DÍA. 

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