Después de un par de años en stand by, Beatriz Juan Puñales, la creadora de Mamá Zebra, vuelve a la carga y relanza su marca con una imagen renovada, más moderna, más elegante, más madura, pero con el mismo espíritu y la misma esencia que tenía la marca primigenia. Y empieza por el producto facial por excelencia, el que más utilizamos, una crema facial. Ya la he podido probar y vengo hoy a contarme mi experiencia con ella, mi opinión de la nueva Crema Facial Antiedad de Mamá Zebra.
No te voy a engañar, con Mamá Zebra me cuesta ser objetiva, porque es una marca muy especial para mí: Beatriz fue la primera persona que confió en mi para hacer las fotografías de producto de su marca. Luego han venido muchas otras, pero Mamá Zebra fue la primera, hace ya varios años, y siempre será especial para mí.
Y aunque esta nueva marca ha cambiado mucho, como te digo más arriba es una más madura, nunca se me va a olvidar el logo y lo original que me pareció el nombre cuando me topé con ella. Y si bien mi fotos ya no son lo que eran entonces, también Mamá Zebra ha evolucionado, y vuelve dos años después con el lanzamiento de una Crema facial antiedad formulada para iluminar y reparar la piel.
Esta es una crema adecuada para todo tipo de pieles, y sí, creo que el target a la que va dirigida es muy amplio, es una crema muy universal, que tanto pieles secas como mixtas pueden utilizar, incluso las más delicadas, y desde los 30 años en adelante. Su textura es ligera sin llegar a se un gel y tiene una buena absorción, acoplándose a la piel con facilidad y sin que resulte pesada ni deja la piel brillante. Da un aspecto de piel saludable y natural. La he utilizado también debajo del maquillaje y se comporta bien, sin dejar brillos. Sin polvos matificantes pero con base de acabado mate para pieles mixtas y grasas. El aroma por cierto es agradable, tipo jabonoso, no invasivo pero tampoco es suavecito.
Entre sus ingrediente caben destacar el aceite de almendras dulces que dan elasticidad, hidratación y luminosidad al rostro; nuez de Grenoble, ricas en vitaminas, hidrata y protege la piel; y extracto de soja que hidrata y ayuda a la producción de colágeno. Es un producto cruelty free, vegano y por supuesto fabricado en España.
Me gusta sin duda, es una crema sencilla, prácticamente para cualquier piel, y que ayuda a mantenerla saludable, bonita e hidratada. Se presenta en un envase de cristal clásico tipo tarro de 50 ml y cuesta 35 €. Puedes hacerte con ella en la nueva web de Mamá Zebra.