¡Pedid tres deseos! La manteca corporal de almendra de Whish.

Ya sabemos que septiembre es el mes de los cambios, de volver a empezar... Hoy tengo una mala noticia y una muy buena noticia. La mala es que es posible que tenga que bajar el ritmo en My Cosmetic Art, que a partir de ahora tenga que escribir un poquito menos; pero menos no es nada, me mola se blogger y no tengo intención alguna de que eso cambie. La razón de que tenga que posiblemente bajar el ritmo y que es la buena noticia que os tengo que dar, es que me han dado una beca (que pedí hace ya un año) y empiezo el miércoles, por las tardes, media jornada, así que mi tiempo se verá un poco mermado. Y después de un año en el paro se agradece poder sacudirse un poco el polvo y salir de casa.

Y dichas la noticias, vamos con el producto de hoy, que es uno de los que ha venido en la Birchbox de este mes (me ha encantado la caja de septiembre por cierto). Ya he probado la mascarilla pero le daré un par de usos mas antes de contaros cómo me ha ido con ella; y hoy os quiero contar mi experiencia con la Body Butter de Whish, que con la talla que nos envían me ha dado para un par de usos.


Ya os comenté en el post en la que os mostraba la cajita que el diseño del producto me parece sensacional. Muy minimal, muy sencillo, y sin embargo muy bonito, con ese equilibrio de colores, esa tipografía tan estupenda... ¡Me chifla! Le estaba echando un vistazo a la página web de la marca, donde están todos los productos que tienen y ¡lo quiero todos! Son cosméticos de culto, casi hipsters (pero en plan bien)...


En lo que a productos hidratantes se refiere reconozco que la textura que más me gusta es la de las mantecas: me parece que cumplen su función hidratante a la perfección, se absorbe al instante y deja una sensación aterciopelada en la piel muy agradable. Mi favorita era la de tomate de Yes To Tomatoes, en Sephora, y la verdad es que cuando la retiraron me faltó llorar, ¡cómo calmaba la piel! Gasté tarros y tarros de ese producto. Tras su desaparición y cuando hube superado el duelo probé las de The Body Shop, y superadas las que son más empalagosas (algunas son terribles en este sentido), creo que la de karité se hizo un huequito en mi corazoncito mantecoso pero sin desbancar a la de Yes To Tomatoes . Esta de Whish bien se puede ganar su sitio entre los productos que merecen un respeto.


La textura no es tan densa como las de las mantecas tradicionales, es más bien fluida, pero la sensación en la piel y la absorción inmediata es la de las body butters. Me gustan mucho este tipo de textura sobre todo para el invierno, cuando estas pringada de crema hidratante resulta aún más desagradable que en verano; como os digo el producto se absorbe al instante, no deja la piel tirante, más bien suave, y la sensación de hidratación perdura; se extiende con facilidad pero hay que tener cuidado a la hora de no pasarse con el producto porque sino repartirlo puede ser complicado. El aroma es peculiar, impacta mucho en el primer uso, ya que es intenso y peculiar, dulzón, quizá un pelín (pero poco) empalagoso, pero pasado el primer impacto es agradable y perdura en la piel de manera suave.

La fórmula, que nace a partir de una crema de afeitar, está creada para hidratar, reafirmar y purificar la piel. Entre sus ingredientes encontramos manteca de mora, manteca de karité, aloe vera, extractos de algas y aceite de salvado de arroz, parte de los cuales son de origen natural y orgánico. Está libre de parabenos, sulfatos y petroquímicos.  Por cierto, existe en un montón de aromas, esta que os muestro es de almendras, pero en la web de Whish está disponible en aromas granada, lavanda, limón, lima, coco... ¡difícil escoger!

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