Ya sabéis lo mucho que me pierden las marcas pequeñas, made in Spain, y con ese toque, ese no sé qué que las hace especiales. Pero es que la marca que os quiero presentar hoy, entra dentro de estas características que me gustan tanto, y las rebasa con creces, y es que dice mucho con muy poco. Coleteros contra el patriarcado rescata esos 'totos' (así los llamaba mi tía), tan ochenteros pero que yo utilizaba en los noventa, que nos va a permitir darle un aire vintage y molón a nuestra cabeza, pero además destilando tintes reivindicativos, y grandes dosis feministas y femeninas.
Me topé con ellos vagando por Instagram e inmediatamente después pensé que los tenía que presentar en My Cosmetic Art sí, o sí. Y aquí los tenéis.
Detrás de Coleteros contra el Patriarcado están Dunia y su abuela Justina. Ellas los hacen toditos todos a mano. Dos generaciones unidas por la costura, pero que accedieron a ella de forma diferente: Dunia quería aprender a coser, Justina tuvo que aprender a coser. Porque era lo que tocaba; era un saber impuesto, es la historia de mucha mujeres que tuvieron que aprender a coser porque era parte de sus roles, era lo que debían hacer, no había elección, y sin embargo no es un trabajo reconocido. Ahora con las grandes cadenas de ropa y el sistema del fast fashion, de mucha ropa de mala calidad y a precios tirados, seguro que muchas nunca se han parado a pensar lo que implica coser... Por mi parte la cosa me ha tocado de cerca: mi madre me ha hecho muchísima ropa cuando era pequeña (y no hablo de cualquier cosa, hablo de que el traje de mi primera comunión, el de mi hermana y el de mis primas salió de sus manos), y mi suegra fue sastre durante décadas sin ningún tipo de prestación laboral. La costura es muy esclava, y lo que para nuestra generación puede ser un hobby (yo misma disfruto mucho haciendo ganchillo), para nuestras madres y nuestras abuelas fue una imposición.
Y ahí están Dunia y Justina juntando esas dos visiones como algo feminista, reivindicado su parte antipatriarcal, y creando coleteros.
Así de chulos y de sencillos venía envueltos. La imagen de la marca es sencilla pero estudiada: los envoltorios son morados, el color que se identifica con la mujer, con el Día de la Mujer (el 8 de marzo), con el feminismo. El logo es una ilustración en la que se ve una chica de espaldas luciendo un coletero y formando un triángulo con sus manos, un triángulo, que invertido es el símbolo de la feminidad. Además incluye una frase que me encanta: En mi moño mando yo. Toda una proclama feminista que todas la mujeres deberíamos llevar por bandera.
La variedad de colores, estampados, telas... es enorme (últimamente he visto uno con Minions...), escoger me resultó realmente difícil pero finalmente tengo conmigo estos dos. Uno amarillo y blanco, a cuadritos, y otro con estampado en flores azules en gasa que es todo un exitazo. Además los hay lisos, también de ganchillo, e incluso una nueva modalidad más pequeña para trenzas.
Puestos son monísimos, para cubrir un moño son la repera limonera (a ver si os puedo poner una fotito), y recogen el pelo divinamente (dos ó tres vueltas en función del melenón de cada uno).
Datos de interés por si os queréis hacer con ellos: cuestan a 1,50 € los pequeños, 2 € los lisos, 2,50 € los estampados y 6 € los de ganchillo (estos hay que tejerlos, llevan más curro). Se pagan mediante transferencia bancaria y llegan a casa a través del correo ordinario, así que se recogen en el buzón tranquilamente.
Podéis ver los coleteros en su recién estrenada web, en su muy bien llevada cuenta de Instagram (además hay sorteos habitualmente ;) ), en Facebook, y contactar con ellas a través de cualquiera de estos canales o en coleteroscontraelpatriarcado@gmail.com
Me topé con ellos vagando por Instagram e inmediatamente después pensé que los tenía que presentar en My Cosmetic Art sí, o sí. Y aquí los tenéis.
Detrás de Coleteros contra el Patriarcado están Dunia y su abuela Justina. Ellas los hacen toditos todos a mano. Dos generaciones unidas por la costura, pero que accedieron a ella de forma diferente: Dunia quería aprender a coser, Justina tuvo que aprender a coser. Porque era lo que tocaba; era un saber impuesto, es la historia de mucha mujeres que tuvieron que aprender a coser porque era parte de sus roles, era lo que debían hacer, no había elección, y sin embargo no es un trabajo reconocido. Ahora con las grandes cadenas de ropa y el sistema del fast fashion, de mucha ropa de mala calidad y a precios tirados, seguro que muchas nunca se han parado a pensar lo que implica coser... Por mi parte la cosa me ha tocado de cerca: mi madre me ha hecho muchísima ropa cuando era pequeña (y no hablo de cualquier cosa, hablo de que el traje de mi primera comunión, el de mi hermana y el de mis primas salió de sus manos), y mi suegra fue sastre durante décadas sin ningún tipo de prestación laboral. La costura es muy esclava, y lo que para nuestra generación puede ser un hobby (yo misma disfruto mucho haciendo ganchillo), para nuestras madres y nuestras abuelas fue una imposición.
Y ahí están Dunia y Justina juntando esas dos visiones como algo feminista, reivindicado su parte antipatriarcal, y creando coleteros.
Así de chulos y de sencillos venía envueltos. La imagen de la marca es sencilla pero estudiada: los envoltorios son morados, el color que se identifica con la mujer, con el Día de la Mujer (el 8 de marzo), con el feminismo. El logo es una ilustración en la que se ve una chica de espaldas luciendo un coletero y formando un triángulo con sus manos, un triángulo, que invertido es el símbolo de la feminidad. Además incluye una frase que me encanta: En mi moño mando yo. Toda una proclama feminista que todas la mujeres deberíamos llevar por bandera.
La variedad de colores, estampados, telas... es enorme (últimamente he visto uno con Minions...), escoger me resultó realmente difícil pero finalmente tengo conmigo estos dos. Uno amarillo y blanco, a cuadritos, y otro con estampado en flores azules en gasa que es todo un exitazo. Además los hay lisos, también de ganchillo, e incluso una nueva modalidad más pequeña para trenzas.
Puestos son monísimos, para cubrir un moño son la repera limonera (a ver si os puedo poner una fotito), y recogen el pelo divinamente (dos ó tres vueltas en función del melenón de cada uno).
Datos de interés por si os queréis hacer con ellos: cuestan a 1,50 € los pequeños, 2 € los lisos, 2,50 € los estampados y 6 € los de ganchillo (estos hay que tejerlos, llevan más curro). Se pagan mediante transferencia bancaria y llegan a casa a través del correo ordinario, así que se recogen en el buzón tranquilamente.
Podéis ver los coleteros en su recién estrenada web, en su muy bien llevada cuenta de Instagram (además hay sorteos habitualmente ;) ), en Facebook, y contactar con ellas a través de cualquiera de estos canales o en coleteroscontraelpatriarcado@gmail.com
¿Qué os parecen los Coleteros contra el Patriarcado? ¿No os conquistan?