Quantcast
Channel: My Cosmetic Art
Viewing all articles
Browse latest Browse all 940

El amor de mi vida y Charity Pot

$
0
0
El que os traigo hoy es posiblemente el post más especial de los más de 400 que llevo escritos, y creedme cuando os digo que con cada una de las palabras que escriba aquí voy a emocionarme mucho. Y es que hoy voy a presentaros al amor de mi vida, a la criatura que más me conmueve de cuantas hay en el mundo: mi perro. Muchas seguro que lo habéis visto ya muchas veces en Instagram, porque me encanta presumir de él, es el perro más guapo del mundo, con esa rayita blanca en la frente... Y ya que este domingo es su cumpleaños (hace ya 6 añazos), y como los señores de Lush han dedicado la campaña de Charity Potde este verano a luchar contra el abandono, quería hablaros un poco (mucho pero no sufieciente) de Urko.


Desde muy pequeñita yo siempre quise tener un perro, y tengo grabada en la cabeza la primera imagen que vi de Urko muy nítidamente, como si lo estuviese viendo ahora mismo: no tenía ni dos meses, las orejotas caídas, y no pesaba ni medio kilo (ahora pesa 12 el muy gordote). Tenía los ojos llenos de lagrimotes y una manchita blanca en su nariz, que con el tiempo se le ha ido quitando. Mi perro no viene de un criadero, ni de una tienda de mascotas, pero tampoco es adoptado cosa que no descarto hacer en un futuro: los dos primeros meses de sus vida los pasó con sus padres y su hermanas, una camada de cinco cachorros blancos y negros, salvo él, el único macho y el único negro (igual que su madre, mi perro ya era especial, todos pensamos eso de nuestros perros y todos tenemos razón), y nació en un pueblo de Toledo, es toledano como mi chico. Así que tengo la certeza que siempre fue feliz.


Como podéis ver Urko es un Bulldog Francés, el perro de moda. No fue un capricho, ni fue premeditado... Cuando él entró en mi vida yo no sabía lo que era un Bulldog Francés, de hecho tuve que buscarlo en Google, pero si hubiese sido un mestizo le habría querido exactamente lo mismo que quiero a Urko, y posiblemente habría pasado muchos menos quebraderos de cabeza. Los perros de raza suelen llevar alguna tara genética (puede tocar, o puede no tocar), pero los frenchies son "perros de laboratorio", fabricados por el hombre a base de cruzar y cruzar razas, y genéticamente tienen predisposición a alergias, artrosis, problemas respiratorios... vamos que tener un bulldog y que no le pase nada es una auténtica suerte. Por consiguiente, mantener estos perros es caro, y no son (somos) pocos los que pecan de ignorancia.


Urko tiene alergia (al trigo, la soja, la vaca, el maíz, el arroz, el cacahuete, a no sé que planta, los ácaros del polvo...), hemos buscado piensos hipoalergénicos carísimos que pudiera tomar sin problemas -creo que finalmente he dado con uno-, le hemos hecho pruebas de alergia dos veces, una biopsia, probado con homeopatía, lavado con champús especiales, antistáminos (los hemos llegado a compartir él y yo) aplicado aloe vera, peregrinado por múltiples veterinarios, dermatólogos caninos... he llegado a bañar a mi perro a diario para aliviar el picor (preescrito por supuesto por su veterinario)... y con todo y con eso no hemos conseguido una solución para que mi perro esté 100% bien. La alergia de Urko se traduce en que en su piel se forman auténticos ronchones rojos, sobre todo en las axilas y las ingles, y que le pican horrores. Lo único que mantiene la alergia de Urko a raya es la cortisona, pero a la larga eso afectará a mi perro (pero claro, después de haberlo intentando todo, al final es preferible que Urko viva bien menos años que mal muchos, y no sabéis lo que me duele decir eso). Por supuesto os podéis imaginar el increíble gasto de dinero que suponen todas esas pruebas, pero puedo decir que tanto mis padres, como mi chico, como yo hemos agotado todas las posibilidades para que el animalito esté bien. Otros optan por el abandono.


Pero vamos con todo lo bueno que me da mi perro: Urko, que en realidad es mi compañero, mi amigo y mi familia, cada mañana me da los buenos días, se estira, me mira, a veces me da en la pierna para que le rasque porque le vuelve loco, y me da exactamente una hora (sean las 7, las 9 o las 11) para ducharme, desayunar, vestirme... pasada esa hora entonces empieza a lloriquearme para salir a la calle, donde pasa olímpicamente de mí porque hay mil cosas que oler, mil perros que saludar, y mil personas a las que mirar y convencer para que le hagan carantoñas, y creedme cuando os digo que con solo mirarles lo consigue, ¡hasta hace que la gente se levante de las terrazas para que le saluden!


Cuando le toca salir a la calle por las noches se pone nervioso, y da vueltas por el piso, se sienta frente a la puerta, me mira... y cuando pronuncio las palabras 'Urko, vamos a la calle' literalmente salta de alegría. En casa duerme mucho, y muchas veces sueña, es genial verle gruñir y lloriquear mientras duerme, hasta alguna vez se ha despertado ladrando. Con mirarle sé lo que quiere: si le pregunto si quiere agua y se relame, es que quiere agua (que por cierto tiene que estar limpia y bien fresquita, sino su graciosa majestad no la quiere), sino, simplemente que le haga caso. Le encantan los niños: yo he visto a una niña meterle las manos en la boca hasta los codos, tirarle de las orejas, meterle los dedos en los ojos... y el perro no chistar. Le mola jugar con la pelota (¡Dios! la palabra pelota...): sinceramente pensaba que cuando Urko creciera dejaría de jugar conmigo ¡pero para nada! ¡nos encanta! Entiende palabras como calle, jamón, chuche, pasti (tanta medicación... supone un premio después), baño (lo odia y se da a la resistencia pasiva, es decir, se tumba en el suelo boca arriba, como un peso muerto), nuestros nombres, ¿quien viene?, pelota... Pero lo que más le gusta a Urko es que le arrasquen, le vuelve loco (y le pica al pobre), se puede pasar horas y horas pidiendolo, dándome con su patita para que le arrasque ¡si hasta se coloca el colega! Y sabe dar la patita, y la otra patita, ¡y abrazos! Lo que no lleva bien es lo de devolver la pelota, y es que si a algo no le ganan nadie a un bulldog es en lo cabezones que son. También puede pasarse horas mirando por la ventana, viendo la vida pasar como si fuera un viejecito, y si ve algún perro conocido le ladra desde el balcón, como para saludarle. Cuando era chiquitio tiró el árbol de navidad entero al suelo, se comió una bola, y estuvo cagando de color rosa 3 días. Una vez se tragó 15 piedras ¡Menudo susto! Las radiografías eran espectaculares... Afortunadamente le dieron vaselina vía oral y la naturaleza siguió su curso... Podría contar mil anécdotas...



Cuando hace algo mal (como tirar mis bufandas al suelo cuando esta solo y tumbarse encima ¡hasta eso es adorable! lo hace porque huelen a mí), se delata solo, porque agacha sus orejas y me mira con esa cara de pena... Le digo '¿Qué has hecho Urko?', y mira para otro lado como si con él no fuera la cosa, pero cuando nos perdonamos se pone súper feliz. Y es que mi perro eso eso, un perro muy feliz, que pasa la mitad del día durmiendo y la otra mitad moviendo el rabo porque está contento simplemente de vernos. Sé que un día no ya estará conmigo, y sé que ese día se me partirá literalmente el corazón. Pero también sé que cada uno de los momentos que he compartido con mi perro, con mi amigo, con mi colega y con mi compañero los habré saboreado y disfrutado a tope, y esto es algo que el que no tiene o no ha tenido perro no puede comprender. Son fieles y nobles como ningún otro ser en la tierra, que nunca jamás traicionarán a su (no me gusta la palabra) dueño, y que si todos fuésmos un poco como un perro no solo seríamos más felices, sino que el mundo sería un lugar muchísimo mejor.


Y sin embargo, y es algo que jamás llegaré a comprender, hay gente que los maltrata, o que los abandona para irse de vacaciones. Auténticos descorazonados. Sinceramente no me lo explico, como alguien puede deshacerse de un ser que lo da absolutamante todo por tí. Incluso si se da el caso de que, al igual que el mío, no se puede mantener porque supone un gran gasto de dinero, hay otros remedios antes que el abandono. Si no hubiese sido por mi chico, que acogió a mi perro como si fuera suyo (¡a veces hasta creo que le quiere más que a mí!) no habría podido asumir su mantenimiento, y en ese caso habría movido Roma con Castilla para encontrar a alguien que le diese a mi perro la vida que se merece.


Y precisamente por todo eso quería hacerme eco, una vez más, de Charity Pot y su nueva campaña Solidaria. Durante este verano la crema solidaria de Lush, de la que los beneficios de sus ventas van íntegramente -salvo el IVA- a una causa benéfica, colabora con la Asociación Nacional de Amigos de los Animales, una asociación madrileña que lucha desde 1992 contra el abandono y el maltrato animal. Y como no todo el mundo puede adoptar un perro, o donar pasta constantemente, podemos hacernos con una práctica y estupenda crema hidratante (ya os hablé de ella hace tiempo, y os podéis hacer con una minilata en mi sorteo de verano) que destina sus fondos a ayudar (lo que viene siendo matar dos pájaros de un tiro, aunque no quede muy bien este dicho en este artículo).

Asociación Nacional de Amigos de los Animales Charity Pot Lush
Fuente


Charity Pot
Fuente
Además ahora Chartity Pot ha cambiado su fórmula, y lleva conservante natural (también tiene Aceite de Oliva de Comercio Justo, Aceite de Jojoba, Aceite de Moringa, manteca de Cacao de Colombia de Comerio Justo, Aloe Vera, manteca de Karité de Comercio Justo, Aceite de Palo de Rosa, Absoluto de Vainilla...) . Huele genial e hidrata un montón. Cuesta unos 10 € el bote pequeño de 95 gramos y 18,95 el de 240 gramos. Por mi parte si me es posible me voy a hacer con él, así que os animo a todxs a colaborar si podéis, porque los perros lo merecen.



GRACIAS TODAS POR LEER, COMENTAR Y COMPARTIR.
UN ABRAZO Y FELIZ FIN DE SEMANA A TODAS.

Este post ha sido redactado según el Código  de Confianza C0C.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 940

Trending Articles