Fair Trade Foot Lotion, hidratante para pies de Lush.

Sabéis de sobra lo mucho que me gusta Lush, hasta la obsesión, son pocos los productos que he rechazo al 100%, algunos los he usado a pesar de lo incómodos que puedan resultar, pero el que os traigo hoy me resistí a utilizarlo... y al final me ha conquistado.


Os lo he comentado varias veces este verano: ha sido ponerme las sandalias y tener los pies destrozados, secos, doloridos... no había hidratante que me arreglase el problema. Después de dos días de utilizar sandalias salí del trabajo y me planté en Lush Spa Madrid, en la calle El Carmen, y me hice con la mascarilla para pies Volcano (ya os he contado lo mucho que me gusta aquí), y el exfoliante de pies de la marca, Stepping Stone (por cierto, están a punto de retirarlo). En la tienda me hablaron de las bondades de Fair Trade Foot Lotion, la hidrantente para pies. La conocía por una muestra anterior pero el terrible aroma a menta que tenía me echaba tanto para atrás que no llegué a probarla. No obstante me llevé una prueba tanto de esta loción como de un desodorante para pies. ¡Qué importantes son las muestras! Menos de una semana después volví a la tienda para llevarme ambos productos.




Y aquí tengo los cuatro, y estoy encanta con todos. Pero hoy os hablo del producto de la discordia: de la hidratante para los pies. No tenía nada que satisfaciese las ávidas necesidades hidratantes de mis pies, y por probar hasta había probado con aceites. Había oído hablar muchas veces de esta crema y siempre de manera positiva, hasta me leí los comentarios que la gente había ido dejando por la red y todo eran maravillas, pero de verdad que el aroma me tiraba para atrás, huele a pasta de dientes... Pero dada mi desesperación me decidí, y el alivio fue inmediato. No notaba como con otras crema que se absorbía al instante y la sensación de hidratación desaparecía. Con Fair Trade Foot Lotion la hidratación perdura, y además deja los pies y las piernas la mar de fresquitos y aliviados, sensaciones que se intensifican si se utiliza con Volcano, la mascarilla de pies.


Para mí es casi imprescindible que un cosmético huela bien para usarlo. La experiencia sensorial que se tiene con un producto debe ser completa: olfato, tacto, vista... Y por supuesto que sea efectivo. Si el aroma no me gusta suelo abandonarlo, porque la invitación a ser utilizado se desvanece. Pero en este caso, la efectividad del producto queda por encima del aroma. La crema huele a pasta de dientes, tal cual, y si ya me cuesta el uso de dentríficos (aunque en este caso no hay más remedio), ponerme en la piel algo que huele así... ¡puf! Evidentemente para gustos los olores, y habrá a quien no le resulte desagradable el aroma, pero es una forma de ilustrar hasta que punto funciona.


La utilizo cada noche en las plantas de los pies, en los empeines y a veces incluso hasta en las piernas, para que queden descansadas. La textura es bastante fluida pero no se desparrama, así que se extiende perfectamente, con facilidad. Me encanta el color que tiene: es rosa, muy rosa, totalmente rosa... da hasta buen rollo. Y su contenido en menta aporta un frescor inmediato.

Entre sus ingredientes encontramos Aceite de Hierbabuena, Aceite de Menta, Aceite de Tagetes (¿?), Infusión de Arnica, Aceite de Almendras, Manteca de Cacao... y un par de parabenos para que se conserve, la crema tiene una duración de 14 meses desde que se fabrica.


Y de precio creo que está muy bien. Se comercializa en formato grande de 225 gramos, y cuesta 12,95 €. Creo que es uno de los mejores productos que tiene Lush, en lo que a calidad-precio se refiere, un must have para pies exigentes, realmente efectivo.

¿Lo conocíais? ¿Os llama la atención?

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