Como ya he declarado en incontables ocasiones, soy muy fan de los champús sólidos de Lush. Llevo casi dos años utilizándolos y la verdad es que puedo decir que mi pelo es mucho más feliz desde entonces: está simplemente precioso (por supuesto lo complemento con otros productos como mascarillas, acondicionadores...). Pero sin duda, haber eliminado las siliconas de mis rutinas capilares, o al menos casi todas, se nota mucho a largo plazo, y puesto que las primeras canas ya están asomando entre mi oscuro cabello, lo que me quede de lucir melena castaña bonita y brillante pienso hacerlo bien y disfrutándolo. Cuando la cantidad de canas sea insostenible Dios, Lush, o el tinte proveeran.
Y el cuerpo del delito, o lo que es lo mismo, el champú que hace que ahora mantenga un trío, es también por supuesto de Lush (aunque reconozco que el deMenta y Macadamia de Keims es un duro competidor y no lo descarto como otro miembro de la orgía capilar de mi bañera). El elegido fue Karma, que si bien es correcto y tiene muchas cosas positivas, no está a la altura de mi querido Como Nuevo.
Comentar finalmente un poco sus ingredientes, entre los que podemos encontrar Aceite de Pachuli, Aceite de Naranja Dulce, Aceite de Lavándula, Aceite de Pino, Aceite de Elmí... La decoración se hace con una flor de Manzanilla... En cuanto a su precio, cuesta 7,95 € la pastilla de 55 gramos, que cunde unos tres meses, pero recordad el truco de comprarla con una amiga.
Sin embargo yo, que estaba casada con Como Nuevo, no me ha quedado más remedio que serle infiel. Y la razón de esta infidelidad ha sido que el pelo se me estaba 'acostumbrando' y se ha manifestado en sequedad, que se ha acusado en verano. No es que le hubiese sido absolutamente fiel a Como Nuevo, había tenido aventuras con otros champús pero era esporádico, por aquello de probar nuevas experiencias -siempre sin siliconas y muchas de ellas más que satisfactorias-, pero yo siempre volvía encantada a arrojarme a los brazos de mi querido Como Nuevo. Pero claro, ahora la infielidad ha tenido que ser un poco más larga, y de hecho llevamos una época separados, pero con la promesa de volver a encontrarnos.
Y el cuerpo del delito, o lo que es lo mismo, el champú que hace que ahora mantenga un trío, es también por supuesto de Lush (aunque reconozco que el deMenta y Macadamia de Keims es un duro competidor y no lo descarto como otro miembro de la orgía capilar de mi bañera). El elegido fue Karma, que si bien es correcto y tiene muchas cosas positivas, no está a la altura de mi querido Como Nuevo.
Desde luego que antes de lanzarme a los brazos de mi nuevo amante consulté a la gente de Lush: en primer lugar conversando hace unas semanas con Gloria, la responsable de Markenting y Redes Sociales (creo), le comenté mi amor incondicional a Como Nuevo pero como nuestra relación se estaba viendo desgastada por la sequedad de mi cabello, y me recomendó tener dos e ir alternándolos. La misma recomendación me hicieron un par de veces en la tienda de Alcalá-Madrid, y viendo que el resacado se intensificaba decidí tomar cartas en el asunto, pero tampoco me apetecía tener otra pastilla en entera en la bañera. La solución os va a gustar, sobre todo a aquellas que os tira para atrás el precio de los champús de Lush, y fue tan sencillo como ir a comprar la pastilla en compañía de mi amiga Paula, y pedir en la misma tienda que la partieran por la mitad (de ahí que en las fotografías de esta entrada solo veáis media pastilla, podéis ver, o leer a la otra media aquí). Con media pastilla tenéis tranquilamente para mes y medio o dos meses las melenas largas e incluso densas.
Pero vamos con Karma, que es además la fragancia más característica de Lush, de hecho ya os he hablado de ella en su versión Jabón y en su versión Perfume Sólido. Tiene por supuesto ese olor con tanta personalidad de Karma, unisex pero que para mi tiene un puntito masculino muy sexy y atrayente (huele por cierto a naranjas). No perdura en el pelo pero sí inunda la bañera. El champú sólido Karmatiene una ventaja con la que no cuentan otros champús de Lush (entre ellos Como Nuevo), y es que hace espuma con mucha facilidad, frotar un poquito entre las manos o contra el pelo y espuma a raudales. Deja el pelo estupendamente limpio, equilibrado y bastante desenredado (cosa que tampoco pasa con Como Nuevo), pero yo no prescindiría de un poco de acondicionador tras su uso. Además lo equilibra a la perfección, ha acabado con la sequedad de mi cabello sin aportarle grasa.
Sin embargo le falta ese no sé qué: con Como Nuevo mi cabello tiene más cuerpo, con Replandor mucho brillo, pero con Karma solo equilibrio, es un champú correcto, para combinar de vez en cuando con mi Como Nuevo. No obstante, estas últimas palabras no las toméis al pie de la letra, porque es una vivencia 100% subjetiva: los champús sólidos de Lush son fabulosos, pero si algo he aprendido no solo con mi experiencia personal, sino con lo que me cuentan mis amigas, arrastradas irremediablemente por mí hacia el mundo del champú sólido de Lush, es que en cuanto a estos cada cual tiene que seguir su propio camino e ir viendo cuales le van mejor. Podéis ver en el post de Paula que a ella Karma le va de vicio, y Oceánico, que a mi me resecaba el pelo horrores, es sin embargo la pareja ideal de María. A mi madre le fue de fábula Squeaki Green, y si bien a mi me va estupendo, tanta ramita junta me pone un poco nerviosa. Ensayo-error, pero muy satisfactorio cuando se da con la combinación ideal.
Comentar finalmente un poco sus ingredientes, entre los que podemos encontrar Aceite de Pachuli, Aceite de Naranja Dulce, Aceite de Lavándula, Aceite de Pino, Aceite de Elmí... La decoración se hace con una flor de Manzanilla... En cuanto a su precio, cuesta 7,95 € la pastilla de 55 gramos, que cunde unos tres meses, pero recordad el truco de comprarla con una amiga.
¿Cuál es vuestra experiencia con los champús sólidos de Lush? ¿Los habéis probado?
GRACIAS A TODAS POR LEER, COMENTAR Y COMPARTIR.